Noticias del Ateneo
La historia en Bodegas Barón
A las bodegas de Barón, en Sanlúcar, se llega por la calle Molinillo. Tiene historia la calle. Y de la grande. En 1631 se construyó allí un primer casco bodeguero. Y de ahí hasta nuestros días, toda una historia de Sanlúcar y de sus gentes hasta llegar a José Rodriguez Jimenez, en 1984. José se hizo a sí mismo y a su bodega. Viajó, negoció, trabajó el campo…y llenó las paredes de sus bodegas con todo tipo de recuerdos. Como ese elefante que aparece en la etiqueta de su marca Xixarito. Todo nos lo contaron, entusiasmo y dedicación por medio, Pepe (hijo de José Rodriguez Carrasco) y Manuel. Con los que además hablamos de vinos, de crianza, de levaduras, del lenguaje de las bodegas… Y, algunos, venenciaron, “escañaron” de la mano de Pepe. Hubo “avenencia”, con una copa de manzanilla por medio
Lo catamos casi todo. Desde la manzanilla San José al palo cortao, pasando por otras manzanillas como Micaela o la 35. Crianza de manzanillla con hasta nueve clases (escalas). Con algunas botas de cientos de años y nombres marcados en relieve que ilustran su vejez —“Merjelina” o “ M. Baron”—.
Rematamos la jornada en el campo, en el luminoso viñedo de tierras arenosas de la Viña el Poedo. Un sitio estratégico, con amplias vistas de la desembocadura del Guadalquivir hacia el norte y de Costa Ballena al suroeste. Los garbanzos con langostinos, inmejorables. Mejor colofón, imposible.
A las bodegas de Barón, en Sanlúcar, se llega por la calle Molinillo. Tiene historia la calle. Y de la grande. En 1631 se construyó allí un primer casco bodeguero. Y de ahí hasta nuestros días, toda una historia de Sanlúcar y de sus gentes hasta llegar a José Rodriguez Jimenez, en 1984. José se hizo a sí mismo y a su bodega. Viajó, negoció, trabajó el campo…y llenó las paredes de sus bodegas con todo tipo de recuerdos. Como ese elefante que aparece en la etiqueta de su marca Xixarito. Todo nos lo contaron, entusiasmo y dedicación por medio, Pepe (hijo de José Rodriguez Carrasco) y Manuel. Con los que además hablamos de vinos, de crianza, de levaduras, del lenguaje de las bodegas… Y, algunos, venenciaron, “escañaron” de la mano de Pepe. Hubo “avenencia”, con una copa de manzanilla por medio
Lo catamos casi todo. Desde la manzanilla San José al palo cortao, pasando por otras manzanillas como Micaela o la 35. Crianza de manzanillla con hasta nueve clases (escalas). Con algunas botas de cientos de años y nombres marcados en relieve que ilustran su vejez —“Merjelina” o “ M. Baron”—.
Rematamos la jornada en el campo, en el luminoso viñedo de tierras arenosas de la Viña el Poedo. Un sitio estratégico, con amplias vistas de la desembocadura del Guadalquivir hacia el norte y de Costa Ballena al suroeste. Los garbanzos con langostinos, inmejorables. Mejor colofón, imposible.
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