Noticias del Ateneo
Anises y licores en Destilerías Miura
Después de un agradable viaje hasta Cazalla de la Sierra, en pleno Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla ―lo que realmente es la Sierra Morena sevillana―, llegamos al mediodía a la "Destilería Miura" en el casco de la localidad.
"Destilería Miura" fue en tiempos la destilería del convento franciscano ―perteneciente a la Tercera Orden de San Francisco― de San Diego de Alcalá, vulgo de San Francisco o de los "Diezmos", dedicada a la fabricación de destilados anisados. El convento fue fundado en 1588. Tras la desamortización de Mendizábal (1836) los franciscanos abandonan el convento. Hoy se conservan algunas partes pero dedicadas a otros menesteres.
La destilería tiene su origen en la conjunción de varios "aguardenteros", como se dice por los cazallenses, alrededor de la fábrica "Lucena Hermanos" que constituyeron "Destilerías de Cazalla, S.A." en 1869. Pasa por varias manos, hasta que en noviembre de 2015 la adquiere el grupo vitivinícola portuense "Luis Caballero, S.A.". Sigue elaborando los productos bajo las antiguas recetas franciscanas.
Comenzamos la visita con las explicaciones de la guía de la destilería María José Calvo que hizo un repaso por la historia de la fábrica de aguardientes anisados "Miura".
Desde el patio de entrada seguimos las explicaciones del maestro destilador Fernando Pérez, por cierto, socio de nuestro "Ateneo del Vino". Comenzó explicando, en la sala de destilación, cómo se elaboraban los distintos tipos de aguardiente en las siete alquitaras de cobre, en un grupo de tres y otro de cuatro, todas debidas a "Fco. Ferrazano Rossi Constructor" de Sevilla, aunque de origen italiano. Las alquitaras se calientan con leña, aunque en la actualidad se utiliza pellet.
El destilado se condensa en serpentines exteriores refrigerados por agua.
En la misma sala se encuentran 27 tinajas de barro hechas a mano, cada una con su correspondiente marca y con capacidades variables entre 1.200 y 1.700 litros para las mezclas de alcohol, agua y matalahúga o anís verde que luego se destilarán.
Sin solución de continuidad pasamos a la bodega donde se fabrica la "Crema de guindas Miura". Las guindas (cerezas silvestres) ―hoy se compran congeladas y con hueso― se molturan en una prensa neumática y la pasta se macera durante al menos un mes en aguardiente anisado. Antes del embotellado se pasa por un filtro.
Para finalizar asistimos a la cata de "Crema de Anís Miura" ―con una receta de Cazalla en la que interviene leche condensada, anís, canela y corteza de naranja―, "Cream de Guindas Miura", "Anís dulce Miura" y Anís seco Miura", en este orden.
Durante la comida pudimos degustar el peculiar "gazpacho de Cazalla", también con una receta propia del restaurante y los vinos tintos de las bodegas cazallenses "Viñas Colonias de Galeón" y "Tierra Sabia", esta última certificada ecológica.
Y, poniéndose el sol, volvemos a El Puerto de Santa María.
- Inicie sesión o regístrese para comentar