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22-09-2024 | Bodegas | 0 Comentarios

El arte y la artesanía de Bodegas Infante

Fuimos a La Palma del Condado (Huelva) a conocer Bodegas Infante. Una bodega con historia que se remonta a 1870, y que tiene bajo la marca MAM nuevos proyectos vitivinícolas con brillantes resultados.

En torno a la bodega, rodeada de olivos, vides y tierras albarizas, nos recibieron Tanía, la enóloga de la bodega (graduada por la Universidad de Cádiz) y Manolo Astasio —uno de los propietarios—. Tania nos explicó la artesanía de sus trabajos. Artesanía en el sentido de trabajo bien hecho, de calidad, de mimo y de concentración en la tarea —como lúcidamente analiza Richard Sennet en El Artesano (Anagrama): brandis, ron, ginebras, vermut, vinos de naranja, blancos. Nos habló también de otros proyectos: de cómo cultivar las aromáticas que necesitan para sus ginebras y vermuts, de un museo enológico... Hay botas del XIX y un yacimiento arqueológico en las inmediaciones que data de la Edad del Bronce.

Manolo Astasio, natural de Villacarrillo (Jaén), nos habló de leyendas y de su amor por la tierra, las uvas, los vinos. Manolo es un creador, “un creador de vinos”. Se le nota en su forma de hablar, en la pasión que pone en sus palabras. Nos presentó algunos de los vinos que íbamos a catar.  

Tragantía 2021 es un blanco 100% de la variedad Zalema. “Los vinos blancos no engañan”, nos advirtió. Tragantía tiene un notable envejecimiento en botella. A Manolo le gustan las variedades con personalidad, huye de los estándares —una primera aproximación al pensamiento artístico— y la Zalema la tiene. Y a más personalidad “mejor le sienta el envejecimiento en botella”. Sin oxidación. ¿Quién dijo que los blancos no son para envejecer?

Manolo, como creador, quiere contar historias con sus vinos. Tragantía es el nombre de un ser mitad mujer mitad serpiente, fruto de una leyenda que se cuenta en Cazorla y que se remonta al tiempo de la dominación árabe. “Yo soy la tragantía/ hija del rey moro/ quien me oiga cantar/ no verá la luz del día/ ni la noche de San Juan”.

En la filosofía creativa de Manolo, dos elementos esenciales: “sentimiento y gusto”.  Y así, con sentimiento y gusto, nos habló de su Albaleia (el nombre lo inventó su hija como dirección de correo electrónico), un blanco sobre lías finas, 100% de otra variedad con carácter, la Colombard, plena de aromas, ácida. ¿Y cual es la historia que hay detrás de este vino? Pues el cariño de Manolo a su hija y a su madre, la juventud y la madurez con sus características propias que, ¡oh golpe de visión creativa!, Manolo las relaciona con los métodos de crianza utilizados. Por un lado, el acero inoxidable “que deja decir a la uva lo que es, ni le quita, ni le pone; es lo que es, te guste más o te guste menos”, y por otro el roble francés, la madurez, que moldea, que modula. “De la expresión pura a la vida moldeada”. De la hija a la abuela.

Finalmente, un tinto. Tercio de ELHA. La gran Tintilla, la Petit Verdot, la Syrah. Cinco meses en bota. “Juego con las maderas”. Acacia, roble…De nuevo la expresión, ahora de la madera. ¿Y el nombre? El nombre es un homenaje a los enfermos de ELA.

Así son los vinos de Manolo Astasio, vinos de autor, con personalidad, con historias; las que reflejan su alma.  Pero ¿no es esa la tarea, difícil pero ineludible, del arte?

Joaquín Moreno Marchal

Documentos adjuntos: 
PDF icon 03. Ficha informativa 08-2024.pdfPDF icon Imagenes Bodegas Infante.pdf