Noticias del Ateneo

02-02-2020 | Historia | 0 Comentarios

Tabernas y tabancos, espacios sociales

Las tabernas, vistas desde un punto de vista sociológico, fue el tema del que nos habló (en Bodegas El Cortijo) el profesor Alberto Ramos Santana, Catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Cádiz. El vino como cultura de amplias dimensiones, fue su primer enfoque: historia, trabajo, consumo, identidad… sociabilidad. El espacio social es un espacio de comunicación, de intercambio, de interacción, señaló el profesor Ramos Santana. Y hay lugares que facilitan esas relaciones. Ese es el marco de las tabernas. El vino viene a tener así un significado y un valor social. Este carácter arranca ya en la antigüedad romana, en donde la taberna “era un local comercial abierto a la calle, y el vino debía consumirse en el simposium o convivium, la bebida en común; y así surgieron la taberna vinaria y la taberna diversoria, que ofrecían bebida, comida, diversión”. Asociado al término de taberna (documentado desde 1228) está el de tabanco, como “bodega, tienda o almacén”. Tiene un (sorprendente) origen asturiano; extendido en el siglo XIII por el oeste de la península ibérica, señaló Alberto Ramos.

Como espacio social, la taberna tiene unos territorios definidos. Por un lado, el del propietario o dependiente y por otro el de los clientes. Con la barra o mostrador como frontera. Con sus normas y liturgias no escritas, pero conocidas por todos. Un espacio, además, en donde cada cliente busca su sitio propio.

El profesor Ramos Santana ilustró con ejemplos, casi legendarios, algunos de los elementos que históricamente han sido constituyentes de ese espacio. La trastienda, los reservados, las puertas, la piquera, el postigo…Los bandos y otras normativas han regulado sus horarios y sus formas de operar. Y resulta divertido conocer como en un bando de 1788 se venía a reconocer que si después de la hora de cierre “fuese algún vecino a buscar vino por alguna necesidad urgente, se lo deben de dar”. He aquí al legislador comprendiendo las humanas necesidades de los ciudadanos.

Y en torno a la taberna un sinfín de elementos y de cultura. Los tipos de vasos, las medidas, la mala fama, la restricción de entrada a las mujeres…Hasta terminar con la taberna como espacio social en donde todos somos iguales. La “taberna igualitaria”. En definitiva, un espléndido paseo de la mano del Alberto Ramos sobre uno de los espacios sociales, relacionado con el vino, más arraigados en todos los tiempos y en todas las culturas.